martes, 7 de octubre de 2008

REACT LATINOAMÉRICA:

Para contener la resistencia bacteriana,
restablezcamos la salud de los ecosistemas



UNIVERSIDAD DE CUENCA, SEPTIEMBRE DE 2008

Las fuentes: ancestral y académica

ReAct Latinoamérica (acrónimo del inglés resistance antibiotic action: acción frente a la resistencia bacteriana a los antibióticos) es una red de instituciones académicas, organismos públicos y agrupaciones sociales que nace al mundo a principios de 2007, en el seno de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Cuenca, tres años después de la fundación de ReAct Global en la Universidad de Uppsala, en Suecia.

Surge para afrontar un problema sanitario que, aunque reconocido como uno de los más graves de cuantos amenazan a la humanidad, ha permanecido relegado en las agendas nacionales e internacionales de los organismos encargados de velar por la salud. Nos referimos a la resistencia bacteriana a los antibióticos, que está convirtiendo a estos fármacos en sustancias inocuas.

Nacer en un país andino, al amparo de una Facultad de Ciencias Médicas reconocida por sus aportes a la medicina social, obviamente marcó su identidad y su rumbo. Es decir, la visión de la resistencia bacteriana desarrollada por ReAct Latinoamérica (RLa) toma su alimento de dos fuentes: uno, la cosmovisión de los pueblos originarios de América, y dos, el paradigma de los determinantes sociales de la salud formulada por los académicos e investigadores de la epidemiología crítica.

Desde la visión de los pueblos originarios, “la causa principal de la resistencia bacteriana es el deterioro sistemático del equilibrio de la vida”, explica Donato Camey, médico maya e integrante de la red. Entonces, vivir y respetar la vida de todos los seres son dos dimensiones interdependientes e indispensables para restaurar el equilibrio perdido. Este es el fundamento de la visión y misión de ReAct Latinoamérica.


Por otra parte, en base al paradigma de los determinantes sociales, RLa apunta a desmedicalizar el abordaje de la resistencia bacteriana, a liberar el tema del reducto del uso de antibióticos, y a mostrar sus relaciones con la malnutrición, los acuerdos de propiedad intelectual, la falta de participación ciudadana o el modelo neoliberal. La búsqueda de soluciones duraderas demanda visiones y abordajes que apunten a las causas primarias del problema.

El Taller-Seminario y la Declaración

Este proceso de construcción brevemente referido, desarrollado gracias al aporte de un sinnúmero de personas y colectivos, toca su punto culminante en junio de este año, cuando ReAct Latinoamérica, la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Cuenca y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), convocan en las Américas y otros continentes al Taller-Seminario Internacional Resistencia Bacteriana, Enfermedades Infecciosas, Solidaridad Comunitaria y Ecosistemas.

Con el lema Restablecer la salud de los ecosistemas, para contener la resistencia bacteriana, el evento logra reunir en Cuenca a representantes de 22 países, pertenecientes a organismos públicos, universidades, redes comunitarias, agencias de cooperación y organizaciones civiles. Desde distintas regiones del país anfitrión, casi un millar de personas, entre estudiantes, profesionales de la salud, dirigentes sociales y artistas, acuden al llamado.


Tras varias jornadas de intenso trabajo, consustanciadas con actividades culturales y espirituales, los citados convienen en que “la resistencia de las bacterias a los antibióticos es una amenaza a la salud pública […] generada al utilizar un bien público valioso [los antibióticos] en forma poco responsable”, se lee en la Declaratoria final.

A pesar de eso, “la respuesta global ha sido demasiado débil”, prosigue, “y no se ha prestado suficiente atención a la prevención de las infecciones bacterianas, a la necesidad de detener el abuso de antibióticos, la necesidad de desarrollar nuevas opciones terapéuticas desde la perspectiva de salud pública, la necesidad de promover ambientes sanos.”

A fin de cumplir con “la obligación ética de revertir el proceso”, la Declaratoria plantea trece acciones coordinadas, entre ellas, evaluar los impactos del uso de antibióticos y educar ampliamente a todos los invucrados en el manejo y administración de este tipo de fármacos. Concomitantemente, exhorta a los gobiernos a asegurar el acceso a los servicios de salud y a los medicamentos, a mejorar el control de infecciones y a reforzar la capacidad regularia de Estados y organismos internacionales en la cadena de producción y consumo de antibióticos.


Tras pedir la sistematización de los conocimientos de los pueblos latinoamericanos sobre bacterias y ecosistemas, la Declaratoria finaliza con llamado a “implementar un acercamiento holístico y nuevas perspectivas para enfrentar el problema[…] guiados por la búsqueda de la equidad y la armonía entre los seres humanos y el ecosistema”. Con estas líneas, se cierra un círculo iniciado a principios de 2007 y empieza una etapa de consolidaciones.

En adelante, nuestros desafíos pasan sobre todo por entramar la gran diversidad de actividades y perspectivas de la red en torno al objetivo común de asegurar el acceso de las actuales y futuras generaciones a la prevención y al tratamiento efectivo de las infecciones bacterianas como parte de su derecho a la salud.

ARTURO QUIZHPE
GEORGINA MUÑOZ
KLÉVER CALLE

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